Ás vezes faço menção à idéia de conhecimento selvagem, um conceito utilizado por Hutchins em seus estudos de comunidades de aprendizagem fora das escolas. Mas nem sempre sei explicá-lo muito bem. Para discutí-lo ou rediscutí-lo lembrei-me de comentários de Gabriel Kaplun em prefácio para o meu livro sobre educação profissional na versão em espanhol. Sem mais, reproduzo o texto do Gabriel aqui.
APRENDIZAJE, AVENTURA Y CONSTRUCCIÓN
Este es un libro inquietante, útil y fascinante. Inquietante para quienes creen que los problemas pedagógicos son simples y se resuelven con un conjunto de métodos y técnicas bien aplicadas. Aunque tal vez no lean todo el libro, ya desde las primeras páginas se pondrán nerviosos: muchas de sus certezas empiezan a ser puestas en cuestión. Buen motivo, claro, para abandonar la lectura. Pero les costará dejarlo sin embargo: aquí juega el aspecto fascinante del libro.
Es también un libro útil. Útil para quienes ya estaban inquietos por los problemas educativos. Y se preguntan, por ejemplo, por qué hay tantas enseñanzas sin aprendizaje y tantos aprendizajes sin “enseñanza”. Es decir: por qué en tantas aulas se enseña mucho pero se aprende poco. Y, al mismo tiempo, por qué –y cómo– tanta gente aprende cosas sin la ayuda de una institución educativa o de una persona con título de educador.
Esto último ha llevado también a que muchos nos planteemos cuánto podríanlas instituciones educativas aprender de esas maneras de aprender “silvestres”, no domesticadas por la escolarización ni formalizadas en planificaciones, objetivos, competencias, etc. Este libro los ayudará a pensar cómo (re)incorporar esas otras maneras de aprender en las instituciones de formación profesional –y en las instituciones educativas en general–.
Un libro útil también para quienes, como yo, cuando nos preguntan si su curso será “teórico” o “práctico” no saben qué responder, porque les parece que esta separación ayuda muy poco a enseñar y a aprender. Y cuando escuchan a alguien sostener que los cursos teóricos –o los aspectos teóricos de un curso– deben ir primero y los prácticos después, se sienten doblemente incómodos. Se sentirán, en cambio, muy cómodos con este libro.
Se trata, en fin, de un libro útil para quienes sienten que el aula puede convertirse en una jaula que aísla el mundo de la educación del mundo del trabajo y de la vida. Para quienes quieren salir de esas jaulas, en las que han entrado muchas veces sin querer. Para quienes sienten la necesidad de una renovación pedagógica radical, en la que renovación no signifique novelería y radical signifique, en buena medida, volver a las raíces. Recuperando, por ejemplo, algo de la sabiduría del aprendizaje comunitario tradicional. Construyendo espacios educativos que funcionen como comunidades de práctica y aprendizaje profesional.
Muchas de estas cosas, que aquí están enfocadas a la formación profesional, valen también, a mi juicio, para otros ámbitos educativos. Personalmente, por ejemplo, me he pasado muchos años construyendo y peleando en la Universidad por cosas similares a la que Barato plantea. Y también en otros muchos ámbitos, incluida la formación profesional.
Desde esa experiencia me gustaría discutir un día con Barato sobre algunas cosas que no comparto tanto con él. Por ejemplo: el papel del lenguaje en la construcción de conocimientos y el papel de la interacción grupal en el aprendizaje. Y, sobre todo, los caminos para superar la separación ente planificadores y ejecutores, algo crecientemente preocupante en un mundo retaylorizado informáticamente.
Su apego –en buena parte del libro– a algunas propuestas cognitivistas creo que lo llevan a construir, como él mismo parece admitir al final, un cuadro de referencia extremadamente formal, que arriesga a enjaular un pensamiento pedagógico sumamente creativo como el suyo.
Pero dije también que este es un libro fascinante, como un libro de aventuras. Una aventura profesional e intelectual en la que Jarbas Novelino Barato se involucró con alma y vida durante muchos años. Esta es la aventura de un largo aprendizaje, de una larga investigación, de esas que nos insumen la vida. Investigación- acción, como suele decirse, pero acción-investigación deberíamos decir, parafraseando al propio Jarbas cuando habla de hacer-saber.
Formación profesional ¿Saberes del ocio o saberes del trabajo? El libro es la novela de esa aventura, en la que relata su búsqueda incansable, inquieta hasta el final. Tanto que no debo aquí adelantar al lector ese final, la vuelta de tuerca en la que él mismo cuestiona algunas de las certezas provisorias que fue construyendo en el camino. Un final que es, entonces, abierto a nuevas preguntas y caminos de búsqueda.
Un libro que tiene, además, momentos de particular encanto y belleza. Por ejemplo, cuando la metáfora principal del constructivismo se encuentra consigo misma: aquí la construcción es, literalmente, la del albañil. Ese que construyó sus conocimientos en medio de hierro y ladrillos, mezcla y andamios. Ese que aprendió a construir construyendo, que es la única manera de aprender.
GABRIEL KAPLÚN
Montevideo, junio de 2005